Puebla. México

ALDEA POTEMKIN

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ALDEA POTEMKIN

 

Israel Torres Hernández

 

“El pasado inexistente, el presente fugaz y el futuro huidizo”.  

 

“Entonces, ¿qué puede detenernos? No sé, una bala, un descuido o una traición”. Frase que plantea el argumento de la novela “Requiem por un ideal. La Liga 23 de Septiembre” (1977) del escritor y abogado José Pérez Chowell, quien retrató de manera singular el crispado ambiente político y social de los años setenta en México. Como en otros trabajos “El guarura”, “Las reglas del juego”, “Traficantes de ilegales” y “La noche de las culebras” hay muchos acontecimientos que se enfrascan en contextos, situaciones y personajes atormentados por el crimen, la corrupción, la sospecha y la traición. En esta ocasión la línea narrativa principal es el grupo guerrillero urbano desde una perspectiva fuera del reconocimiento por su actividad revolucionaria, sino objetivo de la infiltración policíaca para justificar un cambio inesperado a nivel gubernamental. ¿Cómo serían presentadas esa obra si existieran las redes sociales?

          En Facebook habría una galería de los integrantes de la Liga 23 de septiembre. Irene de 22 años y ojos color miel; Abel el líder, Julieta de 1.55 metros de estatura con 45 kilogramos, morena; Horacio, atlético, blanco, 1.80 metros de estatura, 80 kilogramos; Emilio, estudiante de Ciencias Políticas y Sociales, muy religioso, el más nervioso quien evitaba ver de frente a sus compañeros; Félix el arrogante y desafiante del peligro; Gabriel de 19 años, Lorenzo de 28 años, Benito, el de mejor clase, de porte distinguido y extraordinariamente proporcionado en lo físico; César el más bajo de estatura y Darío el bromista, piropeaba sin descanso y encontraba el lado alegre a todo. El hilo sólo para miembros en una comunidad privada sería #TODOSSOMOSMACIZOS.

          En X, antes Twitter, la tendencia sería #NOSEVAYASEÑOR PRESIDENTE. Volcados por renuncia intempestiva del licenciado Josué Gómez Gordillo, electo recién presidente del supremo gobierno en la república de Aztlandia (es decir México), el clamor popular se desbocaría para retenerlo al mostrar honestidad ante numerosos actos de corrupción y abuso policíaco por un crimen ocurrido en una función de cine. Jacobo y su noticiero en TELEVIVA difundirían su cordura y espíritu cívico para desmarcarlo del expresidente Luciano el Vasco (LEA).

          En Instagram la historia es Aztlandia está de luto y profundamente avergonzada. El saldo del ataque en un cine por “una partida de terroristas” fue de quinientas cuarenta y ocho muertos y de ciento ochenta y cuatro heridos. Curiosos y transeúntes tomarían selfies de la escena para subirlas como testimonios. Investigaciones de la Dirección Federal de Seguridad presentarían a los responsables en su cuenta oficial. Las agentes tendrían, de repente, cientos de seguidores por ser héroes del momento. Los reels del comandante Beltrán Urbina y el sargento Sergio Ibarra “El Abuelo” serían lo más visto.  

          En conclusión, la novela describe una implosión de la Liga 23 de septiembre. Infiltrada por la autoridad, más los conflictos derivados de ideologías disímiles, el grupo fue incitado a un delito, encubierto como acto revolucionario, para resarcir el sistema político y la figura presidencial. La muerte de los integrantes y su protector ocultó todo. Un subalterno confesó al presidente: “no siempre es conveniente decir toda la verdad”. El acceso a ese expediente secreto está en la Deep Web, con 

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