ALDEA POTEMKIN
ALDEA POTEMKIN
Israel Torres Hernández
Cada año es un desafío.
Diciembre es fecha idónea para valorar lo hecho en el año y alistarse para el siguiente. Según lo vivido por cada quien hubo acontecimientos agradables, hechos lamentables, noticias chuscas y vivencias definitivas. En el transcurso del año la historia individual se va ajustando al entramado general, es decir, vivimos las circunstancias culturales, económicas, políticas, sociales y tecnológicas que definen la cotidianidad local, regional, nacional y mundial. Su influencia es variada sobre todo por la inmediatez de la información en las redes digitales. Además de las personalidades quienes marcan tendencias por su actividad artística, deportiva o gubernamental. Sin olvidar la pertinencia de los memes. No obstante, el cambio de calendario es una interrogante. Por más que han habido vaticinios a lo largo del tiempo, expuestos por numerosos adivinos, profetas y clarividentes, el futuro nos inquieta demasiado porque es inevitable. A continuación, algunos momentos en 2024 que podrían ser significativos.
Año bisiesto. El ajuste del calendario gregoriano cada cuatro años marca esto. Más allá de ser un día extra, el cual es tomado para bromas, representa la posibilidad de tiempo extra. Tras la pandemia, la noción del tiempo pareciera haberse alterado luego de casi tres años. Muchos sucesos se extraviaron en la vorágine del confinamiento obligatorio. ¿O quién recuerda que el año bisiesto anterior fue el 2020? Este 29 de febrero sería un día emblemático para matrimonios, nacimientos, fallecimientos o divorcios, ya dependerá del azar.
Conmemoraciones. Si bien 2024 fue designado por el gobierno nacional como el año de Felipe Carrillo Puerto, al ser declarado “benemérito del proletariado, revolucionario y defensor del Mayab”, también será motivo para analizar varios acontecimientos. Desde los doscientos años de la primera constitución federal; los treinta años de la puesta en vigor del Tratado de Libre Comercio, de la irrupción del Ejército Zapatista de Liberación Nacional y del asesinato del candidato del PRI (Luis Donaldo Colosio); diez años del caso de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa hasta la elección presidencial de la que surgirá la primera presidente de México. Historias que ameritarán refrescar la memoria como un ejercicio perenne a favor de la conciencia.
Medios de comunicación, los influencers y la inteligencia artificial. Aparte de que en 2024 será el vigésimo aniversario del surgimiento de Facebook, quizá la red social más influyente a nivel global, casi cualquier actividad ordinaria o no es registrada de inmediato en Internet. Sin olvidar a los personajes que realizan innumerable contenido digital quienes aparecen, literalmente, en la palma de la mano y cuya fama rampante confirma lo expuesto por el filósofo Zygmunt Bauman en su libro “Modernidad líquida”. ¿En el año que comienza ocurrirá que alguna AI sea la distopía del siglo XXI, en tanto disputamos el “me gusta” nuestro de cada escrolleada?
Finalmente, cada año nuevo es la interrogante que vamos descubriendo a diario. ¿Qué tendrá de diferente 2024 a diferencia de los años anteriores? En sí lo mismo, benéfico y negativo, caótico y pacífico, pero nos crea incertidumbre, la misma que ha tenido la humanidad desde su origen, porque es desconocido y así es la existencia. Creer que 2024 será algo inusual es como vivir en la Aldea Potemkin.